CERTIFICACION. La misma palabra suena a meta, logro, misión cumplida y un sentido de satisfacción propia. Es una clara evidencia del compromiso de una empresa con ciertos ideales (valores) o con requerimientos de alto nivel, sea exigido por una entidad regulatoria internacional o local (Ej. DGA, CESEP, CESAC) o por un sistema de gestión formal que avale algún aspecto o proceso del negocio (Calidad, Seguridad o Medio Ambiente).

La certificación asume el cumplimiento de ciertos requisitos puntuales y una participación de la gerencia en todo el proceso mediante una adecuada gestión de riesgos, definición de objetivos e indicadores para demostrar su conformidad. Pero más que eso, implica una postura ética y un verdadero rol de cumplir con valores tanto corporativos como de responsabilidad empresarial.

Nuestra experiencia en la asesoría y auditoria de empresas bajo diferentes sistemas de gestión, nos muestran que existen diferentes grados de cumplimiento y de cómo cada empresa asume el reto de una implementación inicial y luego posteriormente el mantenimiento de dicho sistema, desde una perspectiva orientada hacia la mejora o simplemente para mantener el aval de la certificación.
Ciertamente encontramos empresas enfocadas, motivadas con un alto grado de responsabilidad y establecimiento de controles para mejorar su postura de seguridad no solo a nivel operativo sino también a nivel gerencial y con una clara alineación de la Política con los objetivos de seguridad y los objetivos estratégicos a largo plazo.

Por otro lado, encontramos empresas en proceso de madurez, donde la certificación fue el punto de despegue que permitió iniciar procesos internos de una verdadera aplicación de controles y una coincidencia entre ” lo que se hace y lo documentado” de manera real, efectiva y práctica.

En la última escala, encontramos empresas donde el cumplimiento se orienta a la certificación solamente. Durante el año, realizan pocas actividades de seguimiento, el sistema de gestión se descuida o atrasa, existen cambios no documentados y procesos no controlados/actualizados y esto termina afectando su gestión de riesgos. En este tipo de empresas encontramos a veces durante las auditorias, operativos de último minuto (correcciones, limpieza, capacitaciones, auditorias), creación/actualización de documentación del SGCS u otras actividades encaminadas, no a mejorar el sistema sino simplemente para mantener la certificación vigente y cumplir con la auditoria.

En este tipo de empresas lamentablemente, se encuentran hallazgos significativos cuando el sistema no está orientado al cumplimiento real, sino a mantener “el certificado a como dé lugar “, creando situaciones de distorsión, no conformidades e inconsistencias que atentan a largo plazo contra la propia seguridad de la empresa y afectan claramente la cadena de suministros.

El compromiso gerencial con la mejora continua es un proceso transparente, íntegro y orientado a la Verdad. No tenemos sistemas de gestión para engañarnos a nosotros mismos o a un auditor. Los sistemas de gestión son elementos de control activo y de desarrollo continuo, siempre y cuando sean manejados adecuadamente y sirvan para hacer una efectiva gestión de riesgos dentro de la empresa.

No importa que sistema lleve usted (CTPAT, BASC, OEA, ISO, otros), estos proporcionan una verdadera satisfacción cuando usted sabe que su conformidad no es producto de una obligación sino de la creencia cierta del aporte y beneficios que los mismos aportan a la seguridad de su organización.

El cumplimiento no es una excepción. Es una acción focalizada, orientada al resultado esperado: Mantener la cadena logística confiable y segura.

José A.Abreu,CPP,PCI,PSP,CPO

Auditor BASC/OEA/ISO/OHSAS

 

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