En los últimos años han proliferado las certificaciones de comercio internacional en los diferentes ámbitos de las empresas a nivel mundial. Los enfoques más comúnmente vistos en el mercado son el de calidad, medio ambiente, inocuidad, seguridad industrial, y últimamente la seguridad en la cadena de suministro que cuenta con iniciativas tanto privadas como públicas. El modelo de competitividad en República Dominicana, apuesta al reconocimiento internacional a través de la adopción de aquellas certificaciones que nos conviertan en empresas de clase mundial, con procedimientos y cadenas confiables, productos inocuos y con calidad internacional.
Pero todo este movimiento de adopción de estándares se ha convertido en un reto para la operatividad de aquellas empresas que aún no dominan el arte de la integración de sistemas de gestión. En el 2014 durante el Congreso Mundial de la World BASC Organization en Washington DC, Arturo Cassinelli, orador representante de la empresa de logística Talma en Perú, expuso sobre como su empresa recibe auditorías de todo tipo en 48 de las 52 semanas del año, esto es contar con una plataforma que permita que el 90% del tiempo estos recursos estén dedicados a mantener y verificar el sistema de gestión. En nuestro país la realidad no es diferente para muchas empresas que suplen servicios combinados a todo lo largo de la cadena de suministro para el comercio internacional.
“¿Las actividades que se ejecutan hoy en su empresa lo acercan al objetivo de crecimiento o rentabilidad de su negocio? O más bien, ¿De qué forma aportan las certificaciones actuales a este objetivo?, o ¿Cómo afectaría una contaminación en cadena a la marca de la empresa?
Tal y como lo señala Eliyahu M. Goldratt en su best seller “The Goal”, el objetivo final de todo negocio es crecer, por lo que debemos ver en una relación estrecha entre los indicadores financieros y la operatividad de una planta de producción para lograr una mayor productividad.
Tener claro el objetivo principal de su negocio y la manera en que los diferentes sistemas de gestión aportan a alcanzarlos, es el primer paso para no fracasar en el intento de integrar diferentes certificaciones.
Algunas de las preguntas más comunes que se hacen las organizaciones cuando les corresponde aprobar los recursos financieros y capital humano para el mantenimiento de los sistemas de gestión implementados en su empresa son, ¿Cuánto vamos a ganar?, ¿Cuál es el retorno de esta inversión?, ¿En qué porcentaje se han mejorado o se mejorarán los costos de las operaciones? Si las respuestas a estas preguntas son satisfactorias para usted, entonces el reto es seguir integrando diferentes enfoques a su sistema de gestión.
El concepto de integración de sistema de gestión ha variado considerablemente en los últimos años, ha propuesto “diferentes enfoques bajo un mismo sistema de gestión”. Las Normas ISO han tomado la iniciativa de alinear los requisitos de gestión de todas sus normas en estructura y mejora continua a través del Anexo SL, incluyendo el RIESGO como elemento fundamental en la planificación, cuyos principios y directrices se plantean en la familia de normas ISO 31000, ahora aplicable a todas las demás normas de calidad, medio ambiente, continuidad de negocios, seguridad de la información, cadena logística, etc.
La certificación BASC no es ajena a esta realidad, al evolucionar por más de 15 años en la integración con otros sistemas, creando una cultura de seguridad a través capacitaciones e implementación de sistemas de gestión en más de 13 países del continente americano. En la República Dominicana la implementación de BASC en los principales puertos y empresas relacionadas al comercio internacional desde el 2003 han sentado las bases para la implementación de otras iniciativas como ISO 28000 y el programa del Operador Económico Autorizado (OEA) de la Dirección General de Aduanas (DGA).
Así mismo, otras Normativas relacionadas a Seguridad en la Cadena de Suministro han adoptado este enfoque de homologación y alineación en sus requisitos de gestión. Es por ello que ahora más que nunca las empresas estarán en el pleno ejercicio de autoevaluación de su único sistema de gestión en sus diferentes enfoques, calidad, medio ambiente, seguridad industrial y ocupacional, seguridad de la cadena de suministro y otros.