En 1997 el servicio de aduanas de los EEUU puso a disposición de los países que hacían parte del pacto Andino de Naciones, un procedimiento que ayudaría a prevenir la contaminación con drogas de las exportaciones hacia su país. Es así como se crea el programa BASC como el precursor de lo que hoy denominamos comercio seguro.
Sin embargo, con el transcurso del tiempo aparecen nuevas amenazas que encuentran en el terrorismo la herramienta para generar un miedo intenso, me refiero al fatídico 11/9, cuando una acción violenta fue explotada psicológicamente y el terrorismo se convirtió en la principal amenaza global al realizar ataques simultáneos contra objetivos civiles y militares en EEUUAA. Obteniendo por respuesta el cierre de puertos y aeropuertos, paralizando el ingreso y salida de personas y mercancías. Deteniendo el comercio internacional en el país más poderosos del planeta.
Consecuencia de ello y a fin de evitar nuevos ataques los EEUUAA proceden a modificar sus estructuras para ejercer un control efectivo de sus fronteras y adoptan líneas de defensa más allá de estas, los EEUUAA crean el departamento de Home Land Security, a Customs and Border Protection (CBP) y al programa C-TPAT.
Poco tiempo después el mundo reacciona y la Organización Mundial de Aduanas (OMA) crea el Marco de Estándares para asegurar y facilitar el comercio (SAFE) y con ello el programa del Operador Económico Autorizado (OEA). En este terrible entorno es donde la semilla de BASC germinó, se desarrolló y proporciono los frutos: C-TPAT, OEA y luego el ISO 28000 de comercio seguro.
En el siglo XX los ejércitos luchaban las guerras con uniformes y distintivos nacionales, las guerras se realizaban en el campo y se protegía a la población civil. Se atacaba a la cadena de suministros y se respetaban las leyes de la guerra. Todos conocemos la expresión “Lo único contante en el tiempo, es el cambio”; y ello también se ve reflejado en las nuevas características que distinguen a los conflictos actuales.
En el presente siglo los aviones comerciales son derribados sin que los responsables reconozcan su autoría y las victimas los motivos por las cuales fueron sacrificadas. Ejércitos sin distintivos se esconden entre la población civil, los arsenales y plataformas de lanzamiento de misiles se camuflan bajo hospitales y escuelas. La cadena de suministros ya no es destruida, es infiltrada con agentes de destrucción masiva. Estos horrores los vemos en tiempo real, en los noticieros que tratan sobre los conflictos del Medio Oriente y de Europa Oriental.
Hemos escuchado en repetidas ocasiones las palabras seguridad, facilitación y comercio, del rol de los OOII y de las agencias de gobierno en la seguridad de la cadena de suministro. Este es el nuevo escenario en que se desenvuelve el comercio internacional.Pero no mucho del rol de los empresarios para evitar la contaminación del comercio internacional y de su aporte voluntario de optar por certificaciones de comercio seguro, ya no solo por la amenaza de las drogas, contrabando y piratería. Por ejemplo, en BASC podemos ayudar a evitar que uno de los 70 mil contenedores que ingresan diariamente a EEUUAA, y que pueda haber sido embarcado en uno de nuestros puertos, contenga un arma de destrucción masiva o una bacteria con la que se asesine a la población civil. y de su aporte voluntario de optar por certificaciones de comercio seguro, ya no solo por la amenaza de las drogas, contrabando y piratería.
Si bien el escenario les presento se ve fatal, el objetivo de mis palabras no es convertirlos en pesimistas, ya que para salir adelante debemos gestionar los riegos y adoptar las acciones del caso. Hay que tener presente que son los optimistas quienes escriben la historia y en BASC hacemos historia.