Desde los años 80’s en el mundo se han desarrollado una serie de certificaciones entre las empresas de diferentes sectores. Pero ¿cuáles son los beneficios que brindan estas certificaciones? ¿Quién es realmente el cliente de una certificación?
Podríamos decir que los estándares de calidad fueron los pioneros en este modelo. A pesar de la existencia de regulaciones gubernamentales, los consumidores exigen más credibilidad sobre los productos que compran. Pero cómo le informamos a nuestros clientes que somos una empresa confiable y que tenemos la capacidad de prevenir amenazas, la responsabilidad de comunicarlos y las herramientas de analizar y resolverlos. Estos son algunos de los elementos que aumentan la credibilidad de una empresa. Los consumidores no son tontos, saben que el hecho de no haber tenido un historial en sus productos o servicios necesariamente se traduce a que su empresa esté preparada para prevenir defectos y tenga el conocimiento de cómo corregirlos en el futuro. Desde otro punto de vista, el hecho de que el mercado haya identificado un defecto en sus productos no quiere decir que su empresa no tenga sistemas implantados para analizar y corregir el caso. Las certificaciones ayudan a las empresas sistematizadas a ser reconocidas por los clientes y abrirse paso en nuevos mercados.
El siguiente reto es que el cliente entienda los beneficios, entienda los conceptos de calidad y valore los esfuerzos de las empresas en desarrollar métodos para mantener lo que el cliente necesita. Esta necesidad fue identificada por Kaoru Ishikawa en su libro “Que es el Control total de la calidad” de 1982. “La población debe estar consciente de este nuevo enfoque, una cultura de calidad es necesaria a nivel nacional.” Hoy en día algunos de los conceptos metodológicos planteados en este libro ya han evolucionado pero la esencia sigue siendo la misma. Iniciamos la implantación de una cultura dentro de nuestras empresas pero no es hasta que se implantan a nivel nacional que veremos un cambio general.
Desde el 2008 los estándares de seguridad también han comprendido los beneficios del enfoque a procesos y la mejora continua. En este año la Alianza Empresarial para un comercio seguro (BASC) da a conocer la versión V3-2008, donde incluye los primeros requisitos para la implantación de un Sistema de Gestión en Control y Seguridad. Este nuevo enfoque se hace sentir en un cambio de misión “crear de una cultura de seguridad”. Entendiendo que solo con una nueva forma de ver y entender la realidad de nuestras operaciones podremos asegurar la integridad de las mismas.
Nuestro país está llamado a ser competitivo, y ciertamente el nuevo ingrediente para determinar la competitividad es la seguridad de las operaciones. Si traemos algunas de las enseñanzas del libro de Ishikawa al ámbito de la seguridad según las nuevas exigencias del mundo globalizado, vemos que hacen falta muchas más empresas preocupadas por la seguridad en República Dominicana. Una Cadena de Suministro más fuerte en todos sus eslabones.